Reinserción

 

   Las enfermedades adictivas apartar al paciente de la sociedad y la familia. Y, aunque se mantenga la convivencia, la conflictividad conduce a un aislamiento en soledad o acompañado que es casi peor.

 

Para la adecuada incorporación social se interviene precozmente ya en la deshabituación acometiendo el cambio psicológico del sujeto fruto mediante psicoterapias y socioterapias y culmina en el programa de reinserción con un amplio repertorio de medidas resocializadoras (orientación comunitaria, habilidades sociorrelacionales, etc... 


    Se llega así el tercer y definitivo ciclo terapéutico que se combina la autonomía con la incorporación social, verificando, comprobando y poniendo en práctica en el medio de origen todo lo adquirido anteriormente, corrigiendo y modulando los últimos déficits que aún restase por subsanar. Aquí culmina asimismo el trabajo de terapia familiar que se ha ido desarrollando durante todo el programa terapéutico.  Esta etapa posee, por ello, un carácter globalizador frente al reduccionismo observable en aquellos tratamientos que privilegian el afán de normalización social del adicto sobre lo más esencialmente psicoterápico que, además, cobra mayor importancia cuando el sujeto tiene que transferir lo aprehendido a contextos donde coexisten situaciones, estímulos y conductas de toda índole a la búsqueda del crecimiento en autonomía personal.